Las ideas no mueren. Los cuerpos mortales se arrastran por los andenes y trepan por las escaleras mecánicas, pero las ideas nunca mueren.
¡Vamos!
¡Es el resurgimiento!
Y se alza sobre el horizonte
y no importa quién nos acompañe, seremos libres
en el nuevo nacimiento.
Llegó el momento
del gran alzamiento.
Me he desangrado por morderme la lengua, soy un muerto en vida, mudo y con una libreta.
Soy un hombre libre, descubro mi desnuda fealdad librándome de la librea. Un salvaje, un maldito... ¡Inmortal!
No hay nada frente a mí
salvo un campo seco
en el centro de la oscuridad
Pierdo mis huesos
caminando sin parar,
nada puede detenerme.
Cargo a mis hombros
el ser de los perdidos
y ante el descubrimiento de mi libertad
alzo las manos con júbilo y felicidad.
Espíritus muertos ¡Alzaos!
Poetas de alma clara ¡levantaos! tomad vuestras plumas.
Escribid nuestra historia.
¡Sois el mundo!
¡ Bienvenidos al resurgimiento!
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