Diluvio.

Quise encontrar
en tus manos mis mariposas,
y en tus miedos los mios.
Creí que en tus ojos
se hallaban mis alas
y entre tus vértebras mi camino.
Pensé que bajo tus venas
se dibujaría mi sonrisa
y en tu cintura el tiempo que he perdido.
He intentado ser y crecer sobre tu ombligo,
y derribar el cristal que me separa del mundo
ahora que estoy contigo.

Pero amanezco y me digo:
Ser uno o ser dos da igual
si aún pisamos este mundo frío.
La soledad es soledad
con o sin besos vacíos.
Ser o no ser me da igual sola o contigo.
Porque se masca la tragedia
de que quererte
o no haberte conocido
es lo mismo.

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