Final de la Obertura

El final es lo que ya no es.

No hay finales. Lo finales son tristes, a nadie le gustan los finales. Ayer comí una tarta y tuve un orgasmo, y lo único que no me agradó de ambas cosas fue su final. Acordemos la no existencia de los finales, y todos seremos más felices.

La muerte es el final... si, en cuanto a que no es, ¿Y que es lo que no es sino nada? ¡Cuantas lagrimas por nada!

Los principios están bien. Me encantan los principios. Incluso el principio del dolor es agradable, y un pellizco breve puede ser el mayor placer del mundo.

Los principios son fabulosos. Cuando empiezan las cosas no puedes valorarlas. Te dices a ti mismo "vamos a dejar que siga, a ver que pasa...". Entonces no debes preocuparte por nada, y es cuando las cosas se disfrutan de verdad.

El principio de los finales, el final de los principios. Este es el final del principio, que no es sino el principio de un eterno final... lleno de principios, porque los principios son algo que merece la pena probar.


Es esta la obertura de los poetas subterráneos. Recemos por un principio sin final.




Padre Nuestro.




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