Corren por las vías del metro más
letras que sangre por mis venas.
En una presentación se dan a entender
la finalidad y las intenciones de un proyecto. Este proyecto no tiene
ninguna finalidad. Pero, por suerte, tenemos algunas intenciones. Si
no, no valdría la pena escribir una presentación. De hecho, no
merecería la pena escribir un blog.
La ciudad sin la ciudad solo es la
ciudad.
El hombre libre es amo solo del hombre
contiguo.
El genio es mendigo. El amor es
mendigo. Pero el mendigo... solo es un pobre mendigo.
¿Que es un poeta subterráneo? Desde
luego no una persona. Dejo de serlo hace tiempo. Tal vez nunca lo
fue. Un poeta subterráneo no escribe poesía. Un poeta subterráneo
ES poesía.
¿Que poesía? La de la tinta que brota
de los azulejos en las estaciones del metro. Esa poesía. Magra.
Subcutánea.
¿Por que..? no hay porque. No, no hay
razón. Todos los días paso una hora en la linea circular, y mucha
otra gente también, sin que haya razón para ello.
¿Para que? Dios no quiera saberlo. Tú
mismo, lector, no quieras saberlo. Yo mismo pretendo olvidar ESO.
Pero, quien sabe... leer no hace mal a nadie. Siempre. Nunca. No
significa no. No importa.
Sin preguntas no hay respuestas. Sin
lectores, no hay poesía.
El hombre sin fondo de plumín negro
viaja sin prisa en el metro. La persona sin palmas da vueltas en la
linea uno. Multitudes despobladas corren despacio en las galerías.
Pero todos mueren entre los vagones.
Bienvenido lector bien venido. No
busques más palabras en las palabras vacías. Aquí, tres poetas
claman en la sombra. Solo hay negrura. No llega la luz a los túneles
más profundos.
Aplausos. El director se gira, y mira a
la orquesta. Alza la batuta, y el andén se inunda de un ruido
infernal.
Comienza la Música.
No hay comentarios:
Publicar un comentario