De la hiedra en la ruina crecen las
flores
y sin belleza rompen cualquier arte.
Sin querer de esta liza formar parte,
sin prosperar como esos desertores.
¡Desprender de mi todos mis errores!
Dios esteta, guerrero como Marte,
la gran perfección será mi estandarte
y no dudaré ante sus agresores.
Inmolado por mi ser morirá
mi alma con esas insulsas canciones.
No brotará ya ni una soleá.
Mas sabed que actuaré aun sin vuestros
dones,
mi sangre su acto estéril mancillará
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